Ir al contenido

Los Hábitos del Masón para la Excelencia Personal

El camino del masón no solo busca el crecimiento espiritual y moral, sino también el desarrollo de hábitos que impulsen la excelencia en todos los aspectos de la vida. Como masones, estamos llamados a ser ejemplos de conducta y a llevar una vida balanceada que refleje los principios de la fraternidad. Una guía que complementa nuestro aprendizaje masónico es Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva de Stephen Covey, un enfoque basado en principios que resuena con los valores masónicos y que nos ayuda a forjar hábitos de liderazgo, responsabilidad y crecimiento personal.


Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva:


Ser Proactivo: El masón actúa de manera consciente, eligiendo cómo responder a las circunstancias. No reacciona impulsivamente, sino que evalúa y elige sus acciones con base en sus principios y metas. La proactividad nos permite asumir la responsabilidad de nuestras decisiones y, a su vez, nuestro destino.


Empezar con un Fin en Mente: Este hábito habla de la importancia de tener claro un propósito, algo que resuena profundamente con el objetivo masónico de perfeccionar la piedra bruta, es decir, a nosotros mismos. Definir nuestros objetivos personales y espirituales nos ayuda a vivir con dirección y determinación.


Poner Primero lo Primero: Un masón prioriza lo más importante: el equilibrio entre sus obligaciones laborales, familiares, personales y espirituales. Este hábito nos recuerda que nuestras acciones diarias deben alinearse con nuestros valores y metas de largo plazo, colocando lo trascendental por encima de lo urgente.


Pensar en Ganar-Ganar: En la logia y en la vida, el masón busca relaciones basadas en la cooperación y el beneficio mutuo. Al adoptar una mentalidad de ganar-ganar, cultivamos relaciones de confianza y colaboración que refuerzan nuestra fraternidad y nuestras relaciones externas.


Buscar Primero Comprender, Luego Ser Comprendido: La comunicación efectiva es clave en la masonería. Escuchar de manera activa y profunda nos permite comprender a nuestros hermanos y fomentar el diálogo reflexivo. Este hábito refuerza la importancia de la empatía y la comprensión mutua dentro y fuera de la logia.


Sinergizar: La masonería se fundamenta en la cooperación entre hermanos para alcanzar metas comunes. El hábito de sinergizar resalta el valor de trabajar juntos, aprovechando nuestras diferencias y fortalezas individuales para lograr resultados que no podríamos alcanzar por separado.


Afilar la Sierra: Este hábito nos recuerda que el masón debe cuidar de sí mismo en todas las áreas de la vida: física, mental, emocional y espiritual. Al dedicar tiempo al descanso, la reflexión y la formación continua, podemos seguir creciendo y manteniendo el equilibrio necesario para avanzar en nuestro camino masónico.


El masón, comprometido con el perfeccionamiento constante, puede encontrar en los hábitos de la gente altamente efectiva una poderosa herramienta para avanzar tanto en su vida personal como en su rol dentro de la fraternidad. Incorporar estos hábitos en la práctica diaria no solo nos ayuda a ser más efectivos en nuestras labores, sino que refuerza los principios fundamentales de la masonería.


Referencias:

Covey, Stephen R. Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva. Editorial Paidós, 1989.

El Camino del Masón: Crecimiento Personal y Espiritual en Cada Paso